Junto con nuestras famosas tartas y pasteles en Illescas algo que no puede faltar nunca en nuestro escaparate es la bollería artesana, preparada a diario en todas sus variedades: palmeras, orejas de crema, napolitanas, berlinesas y, por supuesto, los croissants. El croissant es una pieza de la que siempre tenemos que preparar varias bandejas y, aun así, siempre termina por agotarse.

Muchos de nuestros clientes nos confiesan que prefieren los croissants rellenos, unos, de sabores dulces y otros, salados. Y por eso, junto a nuestras  tartas y pasteles en Illescas preparamos cada día croissants de diferentes tamaños incluyendo los especiales para relleno.

Hay mucha gente que cree que el croissant es un bollo inventado en Francia, cuando la realidad es que realmente nació en la capital de Austria, en Viena. Era el año 1683 y los vieneses estaban siendo asediados por el ejército otomano. Se preparaban estos para irrumpir en la ciudad a través de unos túneles que excavaban por debajo de las murallas pero no contaron con que los panaderos vieneses pasaban las noches trabajando y escucharon el ruido que producían al cavar.

Los panaderos alertaron al resto de la población y consiguieron poner en fuga a los sitiadores por lo que el emperador Leopoldo I de Habsburgo quiso condecorara al gremio de panaderos. Éstos, agradecidos por los honores recibidos, decidieron crear un bollo que recordara su hazaña y así nació el croissant, y su forma de luna creciente que rápidamente se hizo muy popular.

Años después, una de las descendientes del emperador, María Antonieta se convirtió en reina de Francia y trasladó a París a algunos maestros pasteleros vieneses que se encargaron de popularizar sus croissants desde donde se dieron a conocer por el resto del mundo.

Si quieres disfrutar de genuinos croissants tienes que venir a la Pastelería Díaz - Miguel.